Carmen Sánchez Ruda, con una licenciatura en Bellas Artes, ha dedicado su vida a su pasión: la pintura. Su estilo distintivo es figurativo y realista, con un enfoque íntimo en paisajes urbanos, un cruce donde en algunos casos, la figuración roza la abstracción.
Aunque está abierta a diversas temáticas, es evidente su fascinación por lo que ella llama, la "artectura", una fusión de arte, arquitectura y vida. Esta mezcla resalta la esencia mágica de las ciudades: su atmósfera densa, caos, luces y la interacción entre arquitectura y humanidad.
La artista prefiere trabajar con óleo y acrílico sobre madera y lienzo, apreciando la versatilidad de estos medios para capturar tonalidades y texturas. Su proceso creativo es un viaje constante, una danza entre la mente y la mano, donde busca reflejar y honrar lo cotidiano a través de su arte.