El primer viaje que hice a Noruega fue En 2006, y conforme fue pasando el tiempo, de manera lenta, pero firme, me fui dando cuenta de una cosa: aquel recorrido que había hecho por la espina dorsal del país, Desde Oslo hasta Bergen, había dejado una huella muy profunda en la manera de entender la plástica que yo tenía por aquel entonces.
El arte, sobre todo, es emoción. Y es la emoción de lo que se ha vivido, de lo que nos ha conmovido, de lo que ha agitado nuestra sensibilidad más íntima. Y las experiencias noruegas, que han sido múltiples en estos dos viajes. han supuesto una conmoción, sin duda alguna. Las calidades del aire, de la lluvia, del agua -omnipresente siempre-, el cromatismo que todo ello imprime en la geografía noruega -tan sutil y tan leve-; todo eso me ofrecía unas posibilidades enormes para describir las sensaciones vividas, con una escala de grises realmente ubérrima.
Está colección de “El alma sublime de Noruega” es una sucesión de paisajes del interior. Realmente son paisajes que expresan un exterior, pero están tan adentro, han quedado tan arraigados en lo más íntimo de la sensibilidad, que llegan a ser, en definitiva, paisajes del alma.
The first trip I made to Norway was in 2006, and as time went by, slowly but firmly, I realized one thing: that trip I had made through the spine of the country, from Oslo to Bergen, It had left a very deep mark on the way I had at that time of understanding art.
Above all, art is emotion. And it is the emotion of what has been experienced, of what has moved us, of what has stirred our most intimate sensibilities. And the Norwegian experiences, which have been multiple in these two trips, have been a shock, without a doubt. The qualities of the air, of the rain, of the water -always omnipresent-, the chromaticism that all this imprints on the Norwegian geography -so subtle and so light-; all of this offered me huge possibilities to describe the sensations experienced, with a truly fertile gray scale.
This collection of "The sublime soul of Norway" is a succession of inside landscapes. They are really landscapes that express an exterior, but they are so inside, they have remained so rooted in the most intimate of sensibility, that its definitely become landscapes of the soul.