En los últimos años, el mundo del arte ha enfrentado una serie de desafíos significativos. Una observación frecuente es que cada vez se vende menos arte, y las galerías ven una disminución en el número de compradores interesados. ¿Qué está pasando en este sector que alguna vez fue tan dinámico? Una reflexión que surge es que el acceso fácil y gratuito al arte a través de las redes sociales podría estar jugando un papel crucial en esta transformación.
La realidad de las galerías
Primero, observemos las galerías de arte. Espacios icónicos como la Galería
Marlborough, que fue una referencia durante décadas, han cerrado sus puertas. Una de las razones es la drástica disminución de ventas. Las galerías, y es la visión general del sector, han visto cómo el flujo de compradores ha disminuido, mientras que los visitantes que llegan lo hacen con una actitud más de museo que de espacio de adquisición de arte. A nadie se le ocurre ir a un museo y preguntarle a un vigilante de sala lo que cuesta un obra, lo preocupante es que en la galería de arte tampoco se hace.
Esta tendencia no solo afecta las finanzas de las galerías sino también a los artistas, quienes dependen de estas ventas para continuar con su trabajo. Pero, ¿por qué está sucediendo esto?
El arte en la era de las redes sociales
Una hipótesis interesante es que el arte ha perdido parte de su exclusividad debido al bombardeo constante de imágenes en redes sociales. Hoy en día, cualquier persona con un smartphone puede seguir a sus artistas favoritos en Instagram, ver sus procesos creativos en TikTok y disfrutar de sus obras en Pinterest. Esto ha democratizado el acceso al arte, permitiendo que más personas disfruten de él sin costo alguno.
Sin embargo, esta accesibilidad también tiene su lado pernicioso. El constante flujo de contenido, tanto bueno como malo, ha creado una gran saturación visual. Nos encontramos expuestos a tal cantidad de imágenes que es difícil que nos llegue lo que realmente tiene valor artístico. Esta sobreexposición puede llevar a la gente a valorar menos el arte, y creemos que eso es precisamente lo que está ocurriendo en la actualidad.
La paradoja del arte gratis
Una frase que escuché recientemente resume perfectamente esta situación: "A todo el mundo le encanta el arte, hasta que tiene que pagar por él". En redes sociales, los artistas buscan relevancia mostrando su trabajo gratuitamente, lo que atrae a seguidores que disfrutan del contenido sin tener que desembolsar un céntimo. Pero, ¿qué sucede cuando se espera que estos seguidores se conviertan en compradores? Nuestra corta pero intensa experiencia nos indica que la realidad es que muchos prefieren continuar disfrutando del arte gratis en su bolsillo, antes que invertir en una pieza para su hogar.
Las redes sociales y el papel de las galerías
Otra cuestión crucial es que las redes sociales también han restado importancia a las galerías como intermediarias. Tradicionalmente, las galerías no solo vendían obras, sino que invertían tiempo y recursos en promocionar a los artistas, construyendo su reputación y valor de mercado. Hoy, cualquier esfuerzo por parte de la galería puede resultar vano, ya que el artista puede continuar promocionándose directamente a través de las redes sociales, llegando a un público masivo sin necesidad de intermediarios.
Esta capacidad de "saltarse" la galería ha cambiado las dinámicas del mercado. Los artistas pueden vender directamente a sus clientes, a menudo a precios más bajos, porque se ahorran los honorarios de la galería. Mientras que esto parece beneficioso para los artistas, también significa que las galerías pierden su rol como curadoras y promotoras del arte, lo que a largo plazo puede afectar la percepción y el valor del arte.
Reflexionando sobre el futuro
Entonces, ¿qué podemos esperar del futuro del mercado del arte? Quizás una respuesta esté en encontrar un equilibrio entre la accesibilidad y el valor. Podría ser una prueba por parte de los artistas, dejar de regalar arte a los navegantes de las redes sociales, y en lugar de subir fotos de obras completas, subir videos de sus procesos o fotos de detalles de sus obras.
Los artistas y galerías podrían explorar nuevas formas de involucrar a su audiencia, creando experiencias únicas que no puedan ser replicadas en el mundo digital.
Por ejemplo, eventos exclusivos, colaboraciones con otras disciplinas y experiencias interactivas pueden añadir un valor añadido que motive a las personas a invertir en arte. También es crucial educar a los seguidores sobre la importancia de apoyar a los artistas comprando sus obras, no solo admirándolas en línea. Creemos que lo gratis no se valora, y no paramos de regalar contenido en las redes.
Nuestra galería: pasión por el arte
En medio de estos cambios y desafíos, queremos asegurar a nuestros amigos, amigos artistas, artistas, clientes y amigos clientes, que nuestra
galería
se mantendrá en el tiempo. Aunque no es económicamente rentable, consideramos nuestra galería más que un negocio: es una maravillosa afición y sobre todo, una pasión. Nos apasiona el arte y estamos comprometidos a seguir promoviendo y apoyando a los artistas, ofreciendo un espacio donde el arte pueda ser apreciado y valorado.
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