¡Ay, la maqueta de Cádiz! Una joya histórica y artística que se encuentra en el
Museo de las Cortes
de
Cádiz. Pero, ¿alguna vez te has preguntado por qué se hizo y por qué fue la única? Prepárate para descubrirlo.
¿Por qué se hizo esa maqueta?
La maqueta de Cádiz fue encargada por Carlos III en 1777. La idea era tener una representación detallada de la ciudad para fines militares y estratégicos. En aquella época, los mapas y planos eran como como garabatos que pocos entendían, y claro, una maqueta permitía visualizar con precisión la estructura urbana, sus desniveles y planificar defensas sin perderse en planos topográficos.
¿Por qué fue la única?
La idea inicial era hacer maquetas de plazas importantes, como Barcelona, Valencia o La Habana, la de Cádiz fue la única que se llevó a cabo, ya que al parecer, el proyecto murió de éxito. El pastón que costó la maqueta de Cádiz, junto con lo que se tardó en realizar, hizo que las demás nunca se realizaran. ¡Es que al final no había Hacienda Real que lo aguantara!
Un trabajo de meticulosidad extrema
El teniente coronel de Infantería Alfonso Jiménez, con la ayuda de algunos ebanistas gaditanos, dedicó un esfuerzo monumental entre julio de 1777 y marzo de 1779 para lograr un nivel de detalle que ni el mejor artesano del Carnaval. Con un costo de 20.000 reales de vellón en su época, que trasladados a la actualidad, serían unos 3 millones de euros, Jiménez no escatimó en gastos, pensando para si… Cuando el rey vea mi maqueta, me va a hacer, como mínimo, marqués, ¡y un poco más y le cortan la cabeza por el pastón que se gastó en ella!
La maqueta ocupa una superficie de 12,52 x 6,92 metros y está dividida en cuatro bloques, con un total de 333 piezas independientes. Se usaron diversos materiales: pino de Flandes recubierto de cedro tallado para las olas, ácana y caoba para las casas, ébano para las ventanas y balcones, y marfil para los edificios más señalados. Cada edificio, cada calle y cada rincón de la ciudad están representados con una exactitud milimétrica. Vamos, ¡que hasta el gato del vecino aparece en la maqueta!
Un detalle que se pierde en la distancia
Uno de los aspectos más sorprendentes de la maqueta de Cádiz es su nivel de detalle, que lamentablemente no se puede apreciar completamente a simple vista. Muchos
edificios
están reproducidos por dentro, aunque los visitantes, al verlos desde lejos, no pueden notar esta minuciosidad. Aquí surge una idea interesante: reproducir estos edificios sin el interior detallado para la exhibición general, y mostrar las piezas originales en vitrinas a una distancia adecuada para que los visitantes puedan apreciar cada detalle. ¡Si es que nos lo tenemos que inventar todo!
Una anécdota curiosa: la catedral de Cádiz. Llamada, la Catedral de Santa Cruz Sobre el Mar
Un dato anecdótico muy interesante es que en la maqueta, la catedral de Cádiz se representó tal como venía en el proyecto original, ya que aunque su construcción comenzó 55 años antes, sus obras se detuvieron varias veces a causa de problemas económicos y conflictos políticos, para finalmente, en 1838, terminan las obras con las torres inconclusas, pero ya era tarde para cambiar la maqueta, aunque al menos en ella, quedaron terminadas tal como las proyectó Vicente Acero. Esta diferencia entre la maqueta y la realidad añade un toque a tener en cuenta sobre cómo los planes y la realidad a veces no convergen. ¡Ay, si Jiménez levantara la cabeza!
Pero una cosa... De una forma u otra, al final, Cádiz, tiene su maqueta.
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